¿Liberalización del Comercio = Desarrollo?
Mark Matheis
Estudiante UIA
Según la nota publicado en el periódico La Nación, el viernes 16 de mayo, página 26ª, economía, vemos la voluntad de los países del istmo sobre el rechazo de las condiciones que la UE propuso para ratificar las ventajas comerciales, el cual consistía en la liberalización del 90% del comercio.
La decisión del Istmo de rechazar la condición de la Unión Europea (UE) fue debido a que se sienten en una negociación ganador-perdedor, ya que está idea de el libre comercio llega en un momento en el cual el temor a los efectos que pueda tener la liberalización de la economía son latentes, debido a que el Istmo piensa aceptarlas cuando el proceso se encuentre en una etapa más madura.
A través de los años se han implementado políticas económicas liberales como por ejemplo las del Banco Mundial y del Fondo Monetario que trajeron como resultado los PAES, con las cuales muchos países se vieron perjudicados por dichas políticas. Estas políticas han profesado que la liberalización de la economía es la solución para todos los problemas de los países en vías de desarrollo, pero en si lo que han provocado es la caída en picada de muchos Estados, debido a procesos de liberalización apresurados y repentinos.
La creación de este tipo de acuerdos comerciales tiene como objetivo generar negociaciones ganador-ganador, pero a pesar de esto, los países centroamericanos se han sentido en una desventaja con respecto a la UE. Esta situación puede generar que dicha Unión utilice los distintos recursos de poder con que cuenta con tal que los países centroamericanos acepten dichas condiciones que pueden poner en desventaja al Istmo, debido a que la nuestra región no cuenta con los medios de poder e influencia que posee la UE.
Por otra parte la región busca que el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP-plus) se ratifique suponiendo un gran alivio para Centroamérica ya que los aranceles o impuestos que la UE aplica a nuestros productos bajarían e inclusive se eliminarían. Sin embargo, el precio que pide la UE para que la aplicación de este sistema es la liberalización del comercio en el Istmo.
Es imposible obviar que UE es un actor con múltiples recursos posibles y se ha estado posicionando como una potencia mundial, lo cual puede beneficiar a países, debido a que la UE puede lograr que sus pequeñas economías sean fuertes y prósperas. Todo esto con ayuda económica, social y política como la inversión extranjera, los prestamos condicionados (condicionados debido a que la región centroamericana cuenta con grandes índices de corrupción, lo cual sería un medio para que los fondos destinados se usen adecuadamente), disminución de las barreras arancelarias, asesoramiento político, entre otros.
Sin embargo, no podemos olvidar que históricamente los Estados Unidos de América ha sido uno de los países que más ayuda, económica, social y política ha brindado a la región (pero como bien dicen, no hay almuerzo gratis), lo cual cambió después de los atentados del 11 de septiembre[1], ya que la política exterior estadounidense dio un giro drástico y se concentro en Medio Oriente impulsando sus ‘políticas antiterroristas’ y ante la necesidad de aumentar sus reservas de los hidrocarburos por lo que han dejado de lado a la región.
Es por esto el Istmo debe aprovechar las oportunidades que se le presentan y buscar fuentes de ayuda y mercados alternativos, como la UE y China, que han sido economías que en los últimos años han mantenido un gran crecimiento y podrían significar grandes inversiones al Istmo generando una reducción de los niveles de pobreza, mejorando la competitividad implantando una política de bloque generando que la región tenga una mayor incidencia en el Sistema Internacional competiendo con los grandes bloques económicos ya existentes.