jueves, 23 de julio de 2009

Caso Honduras: ¿Defensa a la democracia o interés personal?

María de los Ángeles Castro
Estudiante RI

Tenemos varias semanas hablando del Golpe de Estado que se dio en Honduras, el cual ha traído un sin número de situaciones que son vistas como buenas y también como malas.
Este Golpe de Estado, trajo consigo que se reconociera la democracia al pronunciarse la mayoría de los países en cuanto al reconocimiento de Manuel Zelaya como presidente de Honduras elegido democráticamente y no al actual Gobierno de Facto de Ricardo Micheletti.
Esta situación, al principio era en defensa de la democracia hondureña, pues Zelaya pretendía retomar el poder, así como también el apoyo de los demás Estados a Zelaya, como también la mediación de Óscar Arias para encontrar una posible solución de lo que está sucediendo en Honduras, como también la “intervención” de la OEA en el asunto, con la suspensión de Honduras como de la organización y cerrar fronteras y relaciones comerciales con Honduras para crear un ambiente de presión.
Lo anterior fueron medidas para presionar al gobierno de Facto, pues se puso de manifiesto la defensa de la democracia queriéndose restaurar está, pero a mi parecer se ha convertido más en un interés personal de muchos.
Por un lado tenemos a Zelaya, que si bien es cierto es el presidente elegido democráticamente por el pueblo hondureño, el cual intento hacer una consulta popular fuera de tiempo, pues se acercaban las elecciones presidenciales. Zelaya, fue destituido ilegalmente, pero él debió desistir de la idea de la consulta popular, pudo haber esperado hasta terminar su período de gobierno, después Zelaya aparece como la víctima.
Por otro lado tenemos a Micheletti, quien con apoyo del ejercito dio el golpe de estado, pues no estaba de acuerdo con muchas ideas y decisiones de Zelaya, pues este último velaba por la clase obrera y de la clase bajos ingresos de Honduras, pues podemos ver que en Honduras las personas que están a favor de Micheletti son los de más poderío económico, los grandes empresarios, a los cuales no es de mucho agrado tener que pagar más alto los salarios de sus trabajadores.
Tenemos también al Secretario General de OEA, Miguel Insulza, quien creyó que con suspender a Honduras , puede ser reelecto de nuevo, sin embargo, hasta ahora la OEA no ha tenido la intervención y participación que se esperaba.
Por último tenemos a nuestro presidente, Óscar Arias, el cual es Premio Nobel de la Paz 1989, él se ofreció como mediador para buscar soluciones a este conflicto, celebrando las mediaciones en su casa, las mismas no han traído resultados favorables para situación del pueblo hondureño. Detrás de esta “intervención”, hay intereses personales, pues Arias, a mi parecer, lo único que intenta hacer, es quedar como bien a nivel mundial y tal vez, porque no, conseguir de nuevo un Premio Nobel, también que el pueblo costarricense lo vea como un gran presidente y que en las siguientes elecciones presidenciales, los costarricenses optemos por dar nuestro voto al partido político al cual él pertenece y así, poder darle continuidad a su gobierno.
En conclusión, lo que antes comenzó como preocupación por la democracia y los derechos individuales del pueblo hondureño, pasó a ser un conflicto personal entre dos bandos por el gobierno de Honduras y quedar en un lado como héroe y víctima a la vez y dejar al otro como el villano. Además, de algunos de sacar provecho de la situación y conseguir meritos personales y quedar como personas pacifistas para obtener fama en el campo internacional, asimismo conseguir admiración de otros.

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