miércoles, 1 de julio de 2009

¿Qué pasó con la democracia en Honduras?

Carolina Quirós Gutiérrez
Estudiante RI

Después del golpe de Estado del Domingo 28 y todos los acontecimientos que éste trajo consigo, incluyendo la lluvia de noticias que en momentos nos confundía, nos preguntamos ¿Qué fue lo que realmente ocurrió? ¿Cuál versión se apega más a la realidad? Y lo más importante ¿Cuál es la solución para que los triunfadores en esta crisis sean la democracia y el pueblo hondureño?

Considero que el denominador común para los que intentamos entender lo ocurrido es partir del hecho que fue un golpe de Estado, sin embargo se debe analizar el fondo, la problemática que condujo a esta lamentable medida que significa un retroceso a la democracia; no obstante para lograr ser objetivos es necesario estudiar dicho acontecimiento poniéndose en los zapatos de los hondureños e intentar verlo desde su perspectiva, tomando en cuenta su realidad nacional y los problemas que enfrentaban con el gobierno del Presidente Manuel Zelaya Rosales.

Existen diversos grados o niveles de democracia y Honduras es un país que se encuentra en pañales, por así decirlo, con respecto a ésta. Desde mi punto de vista esto se refleja en las amplias restricciones que tienen mecanismos de democracia directa tales como el referéndum y el plebiscito; tal situación reduce la participación de la ciudadanía simplemente a las elecciones generales. Además es difícil entender como en pleno siglo XXI y en un país democrático se sigue utilizando el golpe de Estado como un método para mostrar el descontento popular; sin duda alguna esto muestra su inmadurez democrática.

Estoy de acuerdo con que Manuel Zelaya estaba actuando de manera errónea, violando la constitución y actuando de forma tal que provocaba el descontento popular y la crisis política; por lo que el pueblo y los otros dos poderes del Estado estaban en la obligación de tomar medidas para que se respetara la constitución y se gobernara de acuerdo a ésta. Sin embargo discrepo en la medida que se tomo, ya que el golpe de Estado no es una forma de defender la democracia, por el contrario la debilita.

Pienso que la única solución posible en este momento para que triunfen la democracia y los intereses del pueblo hondureño es que Manuel Zelaya sea restituido como Presidente oficial de Honduras y se le realice un juicio político con el debido proceso para que sus arbitrariedades a la Constitución no queden impunes y de esta forma se defienda la democracia, ya que no es posible que se mantenga en el poder un Presidente que no respete la Constitución Política de su país.

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