jueves, 2 de julio de 2009

Crisis del Agua
Lizeth Arguedas
Estudiante RI
Según estudios nuestro planeta tierra está cubierto por un 71% de agua, sin contar los millones de toneladas de vapor de agua que divaga en la atmósfera. De toda esta agua existente el 97% es salada y se distribuye entre mares y océanos, el 0.5% se encuentra como humedad superficial y vapor de agua atmosférica.
Solo el 2.5% es agua dulce, de la que podemos usar para beber diariamente, sobre esta cantidad una tercera parte, o sea el 33% fluye y una sola pequeña parte de esta lo hace por algún río en el mundo lo que significa un 1.7%. Actualmente disponemos de la misma cantidad de la que disfrutaban los dinosaurios hace 65 millones de años.
Hoy en día hablar del agua refleja una grave preocupación en las personas pues sabemos que es el recurso natural más importante para el desarrollo de la humanidad y del planeta Tierra en general, al depender de este no sólo para nuestras actividades sino para nuestra supervivencia y de todo el ecosistema. La problemática está en que el mundo está cada vez más conciente de que este recurso es limitado para todos, pues si bien el planeta tierra está compuesto en su mayor parte por agua, la parte de está que disponemos es relativamente poca.
El agua es un recurso escaso, la distribución de agua potable en el mundo es muy dispareja, por lo tanto la lucha por obtener este valioso componente natural es predecible. Y a estos factores de reducida cantidad de agua disponible se le agrega el hecho de que el mundo se desarrolló dentro de una cultura donde no se tomaban iniciativas por preservarla, ya que no se tenía inicialmente el conocimiento del agua como un recurso finito. La contaminación de las fuentes de agua y la utilización inadecuada y sin medidas de estas son causantes de la crisis por la que pasa actualmente el mundo.
Los conflictos por el agua son un hecho, sobretodo en regiones con escasos nacimientos acuíferos, donde se da no sólo una lucha por poder y obtención del recurso sino que va más allá, al provocar problemas de índole político, económico y ecológico entre Estados. Esto es lo complicado y grave de la situación que se vive por este recurso.
A nivel internacional las intervenciones para reducir los efectos de esta crisis se han dado, a través de iniciativas por parte de Organizaciones internacionales y foros para promover en los países conciencia acerca de la realidad que se vive.
La búsqueda por una solución no es sino uno de los tanto retos que se debe enfrentar la humanidad, pero si es necesario que el acceso al agua se de cómo un servicio público y no privado es importante evitar que el agua esté bajo el control, mando y exclusiva posesión y beneficio económico de la iniciativa privada.
Ante la cultura del derroche y desperdicio, una nueva cultura del agua es necesaria. Una cultura de cuidado y ahorro y de criterios de equidad en su distribución. Necesitamos generar un modelo económico sustentable, se puede fortalecer los cultivos con agua de lluvia y mecanismos sostenibles para retener el agua, recargar depósitos, terraplenes, etc. En lugar de hacer tantas represas incosteables con ese dinero se pueden reparar las tuberías, modificar o hacer campañas para el ahorro y buen uso del recurso.

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